La Navidad trae algo más que festividades, algarabía, buenos deseos, propósitos y regalos. La basura.
El lado oscuro de la Navidad muestra un aumento significativo en residuos derivados de los regalos, un mayor uso de pilas contaminantes y un despilfarro energético en luces y adornos.
Año tras año la historia se repite: Un niño, una amiga, un novio quieren un perro, una tortuga, un gato o algún animal exótico que vieron en algún lado y ¡suertudos ellos! Se les concede el regalo.
Después de la emoción de las fiestas y cuando la novedad pasa; en la mayoría de los casos pasa a convertirse en un inconveniente, una carga, una responsabilidad no deseada y es abandonada a los pocos meses. Solo piensa que el 70% de los perros callejeros tuvieron dueño.
La temporada navideña está muy cerca, la época del año donde mayor desecho generamos. Y como sabemos que es la temporada favorita de la mayoría, que nos podemos dejar llevar por la emoción y la euforia de las fiestas; les armamos una “pequeña” guía para una Navidad libre de plástico y preferentemente sin (o con la menor cantidad posible) desechos.